jueves, 17 de noviembre de 2011

INSTRUCCIONES PARA RECONOCER A UNA BRUJA (16)

Una amiga que no era bruja

Intentaba hablar con mi papá sobre la escuela pero no conseguía nada.
Cuando me venía a buscar al colegio le mostraba los cuadernos y él daba vuelta las hojas diciendo siempre: ¡Muy lindo! ¡Muy lindo!
No todas en la escuela eran brujas.
Algunas no.
Yo ya sabía darme cuenta quién era bruja y quién no.
La maestra Teresita no.
La de dibujo sí.
Tenía algunas compañeras brujas. Otras no.
Mi compañera de banco era simpática. Se llamaba Marita y no era bruja.
Estaba siempre contenta y nos reíamos mucho.
Por eso le conté todo.
Porque nos habíamos hecho amigas y uno le cuenta las cosas a los amigos.
Un día me hizo una pregunta que no le supe contestar:
- ¿Habrá alguna forma de hacer que se vaya la bruja?
- ¿Qué se vaya y no vuelva nunca más? No sé. Creo que no.
- Pero, ¿tu papá que dice?
- ¿Mi papá? Casi no habla. Dice pocas cosas. Me parece que está embrujado.
Marita se quedó pensando con preocupación. Y yo también.
Pensé.
Pensé.
Pensé.
Me fui a dormir.
Me levanté al día siguiente y pensé.
Pensé un poquito más.
Y como no se me ocurrió nada de nada. Lloré.

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