miércoles, 23 de noviembre de 2011

INSTRUCCIONES PARA RECONOCER A UNA BRUJA (17)

Con – fabulando

No tenía ni idea de por dónde empezar.
Estaba cansada y aburrida.
Me fui para el comedor.
Miré por la ventana. Nada.
Miré para arriba. Nada.
Miré a las paredes. Y vi. Algo que antes no me había importado mucho.
En el comedor de mi casa había una pared que no era pared.
Había una pared que era toda de libros.
Casi ninguno tenía dibujos.
Ni adentro.
Ni en la tapa.
Miré un rato. Largo.
Encontré un libro muy gordo y viejo que en la tapa decía:
Fábulas de ayer y de siempre
Tenía muchas letras pero también algunos dibujos.
Una de las fábulas se llamaba, (aunque ustedes no lo crean y yo tampoco): Mil y una formas de hacer desaparecer una bruja.
Algunas cosas eran imposibles de hacer como por ejemplo exprimir 12000 naranjas y hacer que se tomara el jugo, o también hacer un muñeco de nieve, vestirlo con su ropa preferida y derretirlo con el secador de pelo.
Estaba también gritarle: ¡Sos una bruja! delante de todo el mundo sin que te diera miedo.
No, eso tampoco. No me iba a salir.
Lei durante un buen rato buscando encontrar que alguna de las 1000 formas coincidiera con algo que yo en verdad pudiera hacer.
Hasta que llegué a la forma 999.
Lo que decía no podía ser cierto.
Era demasiado fácil.
Demasiado simple.
No podía funcionar.
Se trataba solo de escribir y cantar.
Aunque en ese momento me acordé de la sopa de letras y del miedo que a las brujas les daban los cuadernos y los lápices y los libros y las palabras.
Y una vez más pensé acerca de lo útil que era saber leer y escribir para defenderse de las brujas.
Corrí a buscar a Nicanor.
La idea no le gustó mucho porque a él escribir no le gustaba para nada.
Pero me dijo que si porque él también estaba harto, requeteharto de la bruja.

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