sábado, 3 de septiembre de 2011

INSTRUCCIONES PARA RECONOCER A UNA BRUJA (2)

Pelo de bruja

A la bruja que yo conocía le gustaba cambiarse el color de pelo.
Fue por eso que empecé a sospechar, aunque ella decía que iba a la peluquería.
Pero era mentira. Yo la vi. Entraba al baño con el pelo rubio y al rato salía con el pelo rojo.
La espiaba desde la ventana de mi cuarto que daba al patio.
No solo se cambiaba el color.
También el peinado.
Un día lo tenía largo hasta la cintura y al día siguiente cortito y con rulos.
Decía que usaba pelucas. Pero no era cierto porque nunca, nunca, nunca me dejaba tocarle el pelo. Ni bien alguien se le acercaba pegaba el grito:
- ¡No me despeines! ¡No me toques el pelo que me acabo de poner esprai !
A veces estaba tan distinta que no la podía reconocer.
Un día la vi entrar en mi escuela con el pelo rojo y parado como un cepillo.
Estaba jugando con mi amiga Cecilia cuando la vimos:
- AAAAAAHHHHHHH!!!!!!!!!! ES UNA BRUJAAAAA!!!!!! gritamos las dos al unísono.
Pero nadie nos creía, porque a los chicos nadie les cree, así que todos los adultos nos miraron con indignación. La bruja se empezó a reír con esa risa que yo le conocía que no era de risa sino para hacerse la distraída:
- Pero qué cosa estas chicas las cosas que dicen...JAJAJAJA, JIJIJIJI, JUJUJUJU...
Y todo así hasta que nos quedamos solas las tres y la cara se le puso negra y de los ojos le empezaron a salir unos rayos de colores que rebotaban en los vidrios.
- ¡¡¡¡¡¡Cómo se te ocurre decirme BRUJA delante de todo el mundo!!!!!! ¡¡¡¡¡Mocosa impertinente!!!!!
Por lo que rápidamente me di cuenta de que podía decirle BRUJA , pero nunca, nunca, delante de un extraño.
Ese día anoté en mi libreta secreta:
No decir bruja a la bruja delante de otra gente, excepto que estemos entre otras brujas. (AVERIGUAR QUIEN ES BRUJA Y QUIEN NO)

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