lunes, 5 de septiembre de 2011

INSTRUCCIONES PARA RECONOCER A UNA BRUJA (3)

Ropa de bruja

Usaba unos tapados de pieles de esos muy peludos, parecidos a los de Cruela de Vil.
Decía que tenía mucho frío, que era por eso.
El ropero en donde los guardaba tenía un terrible olor a naftalina, que son esas bolitas blancas que se usaban antes para matar a las polillas. Yo creía que era por eso. Pero no. Era solo un truco para que nadie se diera cuenta.
Lo descubrí un día que me animé a entrar a su pieza porque no había nadie y la ventana estaba abierta. Me acerqué al ropero y escuché unos ruidos muy raros. Se me ocurrió mirar por la cerradura. Un montón de animales peludos iban y venían tratando de acomodarse como podían en el espacio que les quedaba libre. Porque había que decirlo. Cada vez había más. Decía que ninguno la abrigaba suficiente y por eso traía un tapado nuevo todos los meses.
Era un misterio. Nadie sabía bien de dónde los sacaba.
Durante el verano se los llevaba a una cámara frigorífica y los congelaba. Decía que era para que no se arruinaran pero mucho después supe que era para que no se escaparan.
Desde ese día, desde el día en que descubrí que tenía esos animales encerrados ahí, andaba con mucho miedo de que se enojara conmigo y me convirtiera en tapado de piel.
Intenté avisarle a mi papá que la señora que estaba en casa para cuidarnos mientras mamá estaba de viaje era una bruja, pero no me creía. Porque a los chicos los grandes no les creen . Cosas de chicos dicen.

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